EL RELOJ INTERMINABLE

jueves, 25 de diciembre de 2014

Entré en una habitación sombría y tal vez circular. No logré recorrerla toda, pero entendí que era una habitación porque había una puerta amarilla y paredes ligeramente curvilíneas que, de seguir su curso, tendrían que volver a juntarse en algún lugar demasiado alejado de donde yo estaba. Creo haber dicho que había una puerta, y no estaba mintiendo, pues lo que me condujo hacia otra cámara igualmente circular y ligeramente más sombría fue una suerte de ventana triangular que tenía su base en el piso. Poco después de cruzar la ventana, entré en una cafetería en la que había gente que comía sin emitir sonido alguno. Todos —absolutamente todos— llevaban puesto pantalones blancos, camisas blancas y sombreros verdes y naranjas. Intenté evocar algo, pero no lo conseguí. Todo lo que vi en ese lugar era nuevo, y ninguna de esas imágenes me hizo recordar algo que yo haya visto antes. Caminé al rededor de todos ellos, primero cantando; luego, empujando; después, gritando, pero no merecí los insultos de ninguno de ellos. Poco después advertí que no había paredes en ningún lugar. Seguí caminando y, a medida que me alejaba más, disminuía la cantidad de mesas que veía y, en algún lugar, dejé de visualizar a todos. Primero razoné que alejarme de los demás era demasiado peligroso teniendo en cuenta que no sabía ni dónde estaba ni cómo había llegado a este lugar, si acaso era un lugar. Luego entendí que esas personas eran más peligrosas que el resto, pues sencillamente no había tal resto, sino un lugar inmensamente blanco y vacío. Llegué a un lugar en el que había un reloj inusual en su arquitectura y su posición. Yacía en el suelo y, curiosamente, la saetilla que señalaba las horas no volvía nunca al mismo lugar, pues bajaba en una especie de espiral que conducía a un agujero inmenso. Al acercarme más, me di cuenta de que el reloj era también una escalera de caracol, y mi curiosidad decidió bajar con el fin de encontrar alguna salida o siquiera inventarla. Los primeros escalones fueron fáciles pero luego me sorprendió lo cansado que estaba. La cara empezó a picarme y los huesos parecían haberse inflamado. Me senté durante unos minutos, pues había sudado demasiado. Desde algún lugar empezó a soplar el viento, y mis cabellos se metían en mis ojos y comenzaba a incomodarme más y más. Bajé y bajé sin encontrar la salida. Volví a sentarme, esta vez para llorar. Odié mi cuerpo, mis ganas de morir, mi sed y mi ropa. Me odié por completo y, cuando me puse las palmas en el rostro para secar mi cobardía, advertí que mi barba había crecido increíblemente durante las últimas cuatro horas. Me toqué la nuca y sólo entonces me di cuenta de que mis cabellos habían crecido demasiado. Me saqué la camisa y, en el peldaño que anunciaba que eran las catorce mil quinientas veinticinco horas, me vi reflejado en un anciano enjuto y jadeante. Quise subir, pero resbalé y me fracturé una pierna. Durante doce meses estuve recuperándome sentado en el mismo peldaño, sin comer y sin morir. Cuando creí haberme recuperado, volví a intentar subir. Primero, lo intenté lentamente, quizá treinta peldaños cada media hora. Luego, con más confianza y con menos dolores, incluso me atreví a trotar. Llegué como el mismo adolescente que había bajado, y esta vez lloré de felicidad. Regresé a la cafetería sin paredes y entré por la ventana triangular. Cuando volví a la cámara circular, vi la puerta por la que había entrado, pero esta vez era naranja. Me pregunté muchas veces por qué sabía que había entrado a esta habitación por esa puerta y, al mismo tiempo, no recordaba dónde había estado antes. No lograba recordar ni siquiera que había dejado yo detrás de esa puerta. Me pregunté, también, si esa puerta naranja era la misma que yo había visto amarilla antes pero, como ya no confiaba en mis percepciones, la abrí de par en par.
—Te dije que no volvieras —dijo alguien, riéndose.
Inmediatamente entendí todo. Por eso respondí:
—Esta vez no regresaré, lo prometo.
Share this article :

0 comentarios:

Speak up your mind

Tell us what you're thinking... !

 
Support : Creating Website | Johny Template | Mas Template
Copyright © 2011. Tiziano Panunzio - All Rights Reserved
Template Created by Creating Website Inspired by Sportapolis Shape5.com
Proudly powered by Blogger